Como muchos viajeros de todo el mundo, Jesse Katayama vio frustrado el viaje de sus sueños por la propagación del Covid-19.
Pero después de una estadía inesperada de siete meses en Perú, Katayama finalmente está tachando “visitar Machu Picchu” de su lista de deseos, y pudo disfrutar siendo el único turista allí.
Katayama, oriundo de Osaka, Japón, llegó a Aguas Calientes, la ciudad desde la que la mayoría de la gente comienza sus expediciones a Machu Picchu, el 14 de marzo.
Ya tenía su boleto de entrada y permiso para ingresar al sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO el 16 de marzo en la mano, pero fue entonces cuando el gobierno peruano optó por cerrar el sitio. Katayama quedó varado.
Desde entonces, Katayama, de 26 años, instructor de boxeo, se ha convertido en un local en Aguas Calientes, donde ha estado alquilando una pequeña habitación durante los últimos siete meses.
Aunque los cierres de fronteras le han impedido visitar otros países de América del Sur, ha aprovechado al máximo su experiencia al explorar atracciones locales como la montaña Putucusi y las cataratas Calientes. Incluso enseñó clases de boxeo a algunos de los niños locales y se ha hecho amigos en su nueva ciudad natal accidental.
Katayama le dice a CNN que su objetivo es abrir su propio gimnasio de boxeo cuando regrese a Osaka, por lo que usó su período de cuarentena para practicar sus movimientos.
“Salgo a correr todas las mañanas y pude ver Machu Picchu a lo lejos”, dijo Katayama a CNN. “Pensé que nunca llegaría a Machu Picchu ya que esperaba que no abriera en este año. Pero me sentía bien porque lo pasé muy bien aquí”.
Sin embargo, cuando comenzó a quedarse sin dinero, parecía que Takayama tendría que regresar a su hogar en Japón sin haber usado nunca su boleto para Machu Picchu.

Andean Roots Peru, una compañía de viajes local con la ayuda del Ministerio de Cultura nacional, otorgaron a Takayama un permiso especial para ingresar a Machu Picchu y tener el sitio normalmente abarrotado casi para él solo. Lo acompañaron dos fotógrafos que documentaron la experiencia y José Bastante, jefe del sitio.
En una publicación de celebración en Instagram, Katayama escribió: “Pensé que nunca llegaría (a Machu Picchu), pero todos le pidieron al gobierno y al pueblo y me obtuvieron un permiso súper especial”. Añadió: “Los peruanos son taaaan amables. ¡Muchas gracias!”
Le dice a CNN que se irá de Perú a Japón el 16 de octubre. Mientras se prepara para regresar a casa, se despide de los habitantes del pueblo que se han convertido en sus amigos durante los últimos meses. Varios niños locales han hecho dibujos de Katayama y le han creado un muñeco con rollos de papel higiénico.
“Definitivamente voy a llorar”, dice sobre su despedida de Aguas Calientes. “Estos siete meses han sido muy especiales para mí. He descubierto una nueva parte de mí”.
“El ciudadano japonés ha entrado junto a nuestro jefe del parque para que pueda visitarlo antes de regresar a su país”, confirmó a la prensa el ministro de Cultura peruano, Alejandro Neyra.
Neyra agregó que hay planes para reabrir Machu Picchu a los visitantes al 30% de su capacidad, pero no especificó una fecha exacta.
Fuente: cnn.com