EMOLUMENTOS Y SACRAMENTOS

Por: Keo Capestany
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La relación entre emolumentos y sacramentos es claramente el sufijo mentos del latín mentum que significa primariamente barbilla o mentón lo cual parece bien raro en lo que respecta a tales palabras. Mentón entró en nuestra santa lengua a través del francés pero eso no es el problema, el asunto es que  mentum tiene un sentido adicional del que hablaremos más adelante.

Emolumento es la remuneración adicional que corresponde a un cargo o empleo. No es una palabra muy común pero se ha hecho un poco popular pues una de las múltiples acusaciones contra el presidente Trump es la violación de la llamada cláusula de los emolumentos de la constitución americana pues dicen que el presidente ha recibido  ingresos aparte de su salario que no estaban en el programa.  Emolumento viene del latín emolumentum resultante de emolo más mentum y se refería a “ventajas y lucro relacionados principalmente con beneficios hereditarios.” Aparentemente la palabra se originó como el nombre de los ingresos de los molineros por sus moliendas. El verbo molere quiere decir moler y si usted no lo cree lo siento mucho pero así es.

Sabemos que los clérigos obtienen beneficios económicos al administrar sacramentos a los creyentes, o sea que reciben emolumentos pero no es por eso que les dieron el nombre sino porque la segunda definición de mentum es “ayudar a alguien a salir de dificultades” beneficio que según la iglesia católica confieren sus sacramentos.  Me imagino que los molineros ayudaban a los cosecheros a resolver las dificultades de moler sus granos.

 Afortunadamente en español tenemos una palabra específica para expresar la ganancia de un molinero que es maquila  del árabe makila, medida.  Ese es el origen de la palabra maquiladora de las industrias de ensamblaje tan comunes en nuestros países. Tal vez makila no expresa con exactitud lo que hacen en las maquiladoras pero es mucho mejor que si les hubieran puesto el nombre de emolumentadoras.

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