Miguel Bosé, se transforma en un agitador de conspiraciones del Covid-19

El cantante se ha convertido en los últimos meses en una figura que defiende teorías infundadas y a promover manifestaciones.

Las teorías negacionistas sobre el coronavirus de Miguel Bosé no son algo nuevo. El actor, cantante… y más recientemente, activista de todas las teorías conspiranoicas alrededor del virus en redes sociales, se ha sumado esta vez a aquellos que niegan la pandemia, la propia enfermedad, o que en su defecto, la consideran como una conspiración mundial para inocular vacunas a la población repletas de microchips para controlarnos a todos a través del 5G por obra y gracia de Bill Gates. “Vil Gates” o “el malvado Gates”, que es como estas personas, que se consideran los únicos iluminados conocedores de la aterradora verdad llaman al fundador de Microsoft.

A sus 64 años, el ídolo pop, el chico guapo que cautivaba en los escenarios y fuera de ellos, se ha convertido en un hombre crispado obsesionado con teorías infundadas y en agitador de conspiraciones y convocante de manifestaciones. Su último movimiento ha sido un vídeo publicado en redes sociales llamando a la movilización en Madrid para expresar su desacuerdo con las medidas implantadas en España por la covid-19 y en concreto sobre el uso obligatorio de la mascarilla.

“Estamos en total desacuerdo con la obligación de llevar la mascarilla a todas horas y en todos los lugares públicos (aunque estés solo)”, decía Bosé en el vídeo. A él como a los promotores de esta manifestación les parece una medida “desproporcionada y sin base científica”. “Te esperamos!!! Allí estaré!!!”, concluía el cantante. La manifestación se celebró este domingo en la plaza de Colón de Madrid, pero no asistió artista.

El 4 de junio, el cantante publicaba su primera andanada. “Suiza, como los países nórdicos de Europa saben desde el principio de la gran mentira de los gobiernos, el de España incluido”, escribió en su muro junto a un vídeo en el que aparecen personas supuestamente en un momento de ocio en Ginebra, las cuales aparentemente no están respetando la distancia y las medidas de seguridad para evitar contagios. Desde entonces está en campaña.

Con #yosoyLaResistencia acaba Bosé sus últimos tuits contra las vacunas y la tecnología 5G. En su entorno achacan las lecturas de portales de Internet seudocientíficos y páginas de conspiraciones a su soledad, a la desconexión no solo con la calle sino con sus relaciones amistosas más estrechas. Pero sus mensajes son un caldo de cultivo entre sus seguidores. Más de tres millones de seguidores en Twitter, dos millones y medio en Facebook y 900.000 en Instagram, más los millones de fans repartidos en medio mundo.

A excepción de sus comparecencias en las redes sociales, Bosé guarda silencio cuando es requerido por los medios de comunicación. Su relación con la prensa siempre ha sido difícil. Hace unos días unos reporteros le sorprendían saliendo de un vivero cerca de su casa y decidieron acercarse para hacerle una pregunta sencilla. Tras lanzarles una mirada furibunda se metió en su coche seguido de un portazo.

El amante bandido ha dado paso a un hombre crispado y difícil de interpretar.

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