Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, sostendrá una reunión de trabajo con Donald Trump el miércoles 8 de julio por la tarde, y el jueves 9 participará en la reunión trilateral del T-MEC, en la que aún no se confirma la presencia del canadiense Justin Trudeau.
La visita ocurre en medio de la pandemia por COVID-19, con Estados Unidos y México en los primeros lugares de países por el número de contagios y muertes, y en la víspera del arranque de las campañas presidenciales en las que Trump buscará reelegirse en medio de críticas severas a su administración y con el demócrata Joe Biden punteando en las encuestas.
La reunión, sin duda, conlleva riesgos para el gobierno de AMLO. Los expertos advierten que los demócratas podrían cobrar la factura a México si ganan la Casa Blanca en noviembre, o aun perdiéndola, bloqueando la agenda bilateral desde el Capitolio.
Sin embargo, el presidente y su equipo ven más oportunidades que peligros, y el propio López Obrador ha dicho que correrá el riesgo.
Irá a Washington a hablar del T-MEC y, según Marcelo Ebrard, su canciller, también se plantearán con franqueza las posturas que México ha sostenido en otros temas, como el de migración y derechos humanos.
AMLO, el hombre que en 2016 prometió persuadir a Trump “sin balandronadas ni protagonismos”, ha usado recientemente una metáfora para justificar su encuentro con el inquilino de la Casa Blanca: “la política es como caminar en la cuerda floja, siempre hay riesgos”
Fuente: Aristegui Noticias.